El hielo debe usarse en la etapa aguda de una lesión (dentro de las primeras 24 a 48 horas) o siempre que haya hinchazón. El hielo ayuda a reducir la inflamación al disminuir el flujo de sangre al área donde se aplica el frío. El calor aumenta el flujo de sangre y puede promover el alivio del dolor después de que cede la hinchazón. El calor también se puede usar para calentar los músculos antes del ejercicio o la terapia física.